lunes, 16 de enero de 2012

de chica me enseñaron a no cabrear al mar

Estoy en La Punta- Callao y mirando el mar, oliendo la sal que está en el aire y viendo las espaldas color carbón de los niños jugando bajo el sol; con todas esas sensaciones encima, pensé en mi niñez.
Me vi parada vestida de muchos colores frente a la playa El Toro, sola. El mar y yo. La mar. Y me da risa cómo los seres humanos muchas veces nos sentimos inmortales, todopoderosos. Desde chicos desafiamos a la naturaleza, cuando en realidad el poder del mar, de la tierra, del cielo puede acabar con nuestra existencia bajo la forma de una ola, de un terremoto o de un rayo. Yo lanzaba piedras al mar, con mucha fuerza y no sé porqué siempre tuve (y tengo) la imagen de la cara de una serpiente gigante que tenía boca de león y una especie de tentáculos "adornando" su cabeza ( y lo pongo entre comillas porque nada puede "adornar" algo tan monstruoso). Cada vez que las olas reventaban veía a ese gigante aproximarse al asecho, por eso quizás tiraba piedras. El mar (o LA mar, como me dijo una señora que toda su vida la pasó en un puerto: "La mar, es hembra o no te has dado cuenta que siempre se lleva a los hombres") tiene vida propia, tiene deseos y te tienta. 


Cada vez que tiraba una piedra el mar se recogía y la dejaba al descubierto, brillante como si fuera una perla -me dijeron que las piedras originalmente son puntiagudas, pero la fuerza del agua hace que ellas se vuelvan redondas (y nuevamente pienso), si el agua;el agua que es tan líquida que no tiene forma, puede hacer que las puntas de las piedras; las piedras que son materia dura y que necesitan de un cincel para ser moldeadas,  se vuelvan curvas; porqué los seres humanos no podemos cambiar nuestras formas de pensar-. Yo miraba el objeto lanzado y caminaba por él y nuevamente venía una ola y volvía a tirar otra piedra, el mar se recogía y caminaba hacia él y nuevamente venía una ola y volvía a tirar otra piedra, el mar se recogía y caminaba hacia él 
y nuevamente venía una ola y volvía a tirar otra piedra, el mar se recogía y caminaba hacia él 
y nuevamente venía una ola y volvía a tirar otra piedra, el mar se recogía y caminaba hacia él  y así como lo escribo,  de esta forma mecánica así yo caminaba. En ese momento un amigo de mi niñez me tocó la espalda y me dijo: Dice mi papá que no cabrees al mar. Se fue corriendo y cuando reaccioné la ola más grande que hasta ese entonces había visto, venía a arremeter. Corrí, corrí porque vi a ese monstruo. 


Estoy en La Punta- Callao y me acaban de confundir con una policía de la costa, dicen que porque nado bien. Es más, dos personas se han metido hasta el fondo sin saber nadar solo porque pensaron que yo los iba a rescatar. No le tengo miedo al mar, lo (la) amo, me fundo en el agua hasta sentir que soy el agua misma y la disfruto, todavía veo a ese monstruo. Están ahí sus inmensos ojos, sus fuertes tentáculos y ese gran hocico que ocupa más de la mitad de su cara, pero ya no me asusta y dejó de asustarme cuando un día  me dijeron -y siempre escribiré "me dijeron" porque así como me encanta hablar, también escucho. Y lo importante lo guardo para siempre- que cierre los ojos y me imagine que delante mío está postrada la imagen a la que más terror le tenga, que la encare y que cada vez que me acerque ésta se haría más pequeña, hasta verla lo más diminuta posible, al rango de insignificante.
Entonces me di cuenta de que El miedo es no saber mirar de frente a lo que crees temer.

4 comentarios:

  1. BELLISIMO......NUESTROS TEMORES PUEDEN PARALIZARNOS, Y QUITARNOS LA VIDA....TENEMOS QUE SABER AFRONTARLOS....CON HUMILDAD!!!!

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  2. EL MAR ES TODA NUESTRA VIDA, los mejores momentos han sido en Boca y lo seguirán siendo. Y pensar que un día casi te ahogas en la noche y bryan te salvó y te trajo cargada a la casa, felizmente mis papás no estaban porque más se hubieran enojado por tus locuras que preocupado porque te lleve el mar jajajajja te amo hermanita

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  3. Yo si soy pavaza jamás me metería al mar de la forma en que sueles hacerlo, y tampoco haría cosas de las que podría morir por tonta... No sé nadar :( o al menos no como tú... Mala mujerrrr...

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    1. jajajajajaja te enseño!!!! en la punta la playa es tranquila, no morirás por tonta! :)

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